Vicente Vila Madrazo (@vila1988)
(Publicado originalmente en PlazaDeportiva)
Ricardo Tormo fue campeón del mundo tres días y dejó de serlo cuatro, antes de volver a proclamarse campeón por segunda vez. Se cumplen 35 años de aquella extraña semana.
El año 1978 fue uno de los primeros en el despertar de España después de un largo letargo. Al mismo tiempo, fue un año inmejorable para el valenciano Ricardo Tormo (Ayacor (Canals), 1952), nacido en época de penurias en una familia humilde. Precisamente fue alguien de su familia, su tío Pascual, quien con su taller mecánico encendió la chispa que hizo brotar en él la pasión por las motos y marcaría su trayectoria vital.
Dicen de él que se escapaba del colegio y se iba al taller de su tío a ver cómo repasaba las motos, interesado por la mecánica pero también por la competición. Se sentaba a lomos de ellas y quizá se imaginara situaciones imposibles para un niño de provincias. Fue otro chico de provincias, Ángel Nieto -en realidad zamorano afincado en Vallecas-, quien abrió la veda del motociclismo español y marcó el camino que seguiría posteriormente Ricardo.